El Museo Nacional de Bellas Artes presenta la exposición “El día más hermoso” desde el 12 de abril al 7 de julio, dando cuenta del legado de Carlos Leppe, uno de los mayores exponentes de la performance en Chile y Latinoamérica, además uno de los pioneros en el uso del videoarte, la instalación y las prácticas artísticas pensadas desde la disidencia sexual.
Esta es la primera muestra individual del artista chileno desde su fallecimiento en 2015 a los 63 años. Es organizada por D21 Proyectos de Arte y financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (2023), y cuenta con la curaduría de Amalia Cross y la co-investigación de Vania Montgomery.
El día más hermoso “es parte de la política expositiva del primer semestre del MNBA, que busca relevar la producción de artistas mujeres y disidencias que hicieron de la performance y el uso del cuerpo su soporte y acción como acto de resistencia en el Chile de los años 70 y 80, también sumándose a las corrientes del arte en un mundo en crisis”, expresa Varinia Brodsky, directora MNBA.
A través de una selección de 10 performances, que forman parte del Archivo Carlos Leppe, registradas en video y fotografía entre 1974 y 2000, se da cuenta de cómo el artista problematizó y cuestionó diversas categorías asociada a lo artístico, a la normativa de género con sus prejuicios morales y culturales, así como al sistema político imperante durante la dictadura en Chile.
De esta forma, abarcando 26 años de producción, se abordan emblemáticas performances para la historia de esta disciplina, como su primera obra corporal con El happening de las gallinas (galería Carmen Waugh, 1974), donde simuló morir al poner un huevo, rodeado de gallinas de yeso, objetos personales y huevos; o la mítica performance Los zapatos, que realizó en la inauguración de la muestra Chile 100 Años de Artes Visuales. Tercer Período (1973 – 2000) Transferencia y Densidad, con la curatoría de Justo Pastor Mellado.
“Nuestra intención es recuperar su figura para despertar las fuerzas dormidas del arte de la performance en las nuevas generaciones. El desafío es reactivar estos recuerdos y archivos presentando el cuerpo de Leppe ante nosotros de nuevo o por primera vez. Por eso El día más hermoso no es sólo el título del bolero que acompañó su primera acción corporal, sino también el día en que ocurre, frente a nuestros ojos, algo único e inolvidable como una performance”, explica la curadora.
La curatoría se centra en dos ideas, “la sentimentalidad de Leppe y la forma en que se transmiten en el tiempo esos afectos a través del cuerpo, el registro y la música”, agrega la curadora Amalia Cross. En tanto que la museografía, a cargo de Smiljan Radic, insta a les visitantes a interactuar y experimentar la significancia de la utilización del cuerpo como soporte. La muestra además cuenta con la edición de video y diseño de María Fernanda Pizarro.
“Entre los años setenta y ochenta, el espacio exterior punzaba y acorralaba, situación que me hizo llegar a la imperiosa necesidad de que el cuerpo llegará casi a lo incontrolable, al delirio de reventar todo orden; mi cuerpo trabajó desde el simulacro, desde la crisis de la identidad sexuada, desde el gesto, el rictus y hasta el texto primario, desde el travestirse hasta la biografía con sus parches”, dijo Carlos Leppe en 1998 en el catálogo de su exposición Cegado por el oro*.
Sobre el artista
Carlos Leppe nació el 9 de octubre de 1952. Ingresó a la Escuela de Arte de la Universidad de Chile en 1971, donde obtuvo la mención en Pintura. Desde entonces participó de la experimentación de vanguardia con el video arte y la performance buscando nuevas expresiones a través de las cuales cuestionar la institucionalidad artística. Esto ocurrió a “principios de los setenta, durante la Unidad Popular, cuando ser homosexual y hacer la revolución eran simplemente incompatibles por la homofobia de los partidos políticos de izquierda”, comenta Amalia Cross. Su madre fue un apoyo fundamental, participando en varias de sus performances.
En dictadura formó parte de la llamada “Escena de Avanzada”, colaborando en la creación de obras, exposiciones, publicaciones y nuevos espacios para el arte con otros artistas. A partir de este período la escritura crítica de Nelly Richard fue parte indisociable de la obra del artista.
“Desde entonces, su obra implicó un fuerte cuestionamiento del cuerpo: el cuerpo social, los cuerpos disidentes y, por supuesto, su propio cuerpo bajo la represión de la dictadura cívico-militar. Para ello Leppe encarnó en sus obras diferentes figuras marginales y ‘técnicas de travestismo’, utilizando su cuerpo como soporte”, denota Amalia Cross.