A un par de días de las intensas lluvias que provocaron deslizamientos de tierra en la cuenca del Río Maipo, Greenpeace sobrevoló la zona y documentó el daño en las distintas localidades afectadas.
“Lo que evidenciamos desde el aire, es muy distinto de lo que plantean autoridades y Aguas Andinas: mientras nos hablan sobre los planes de emergencia, vimos desde el aire con mucha claridad que Santiago no está preparado para este tipo de contingencias. En un contexto de crisis climática, donde episodios atmosféricos extremos podrían ser cada vez más frecuentes e intensos, es urgente frenar toda acción de las grandes empresas que hoy atentan contra el medioambiente y la seguridad de las personas e implementar políticas públicas adecuadas para prevenir estas situaciones”, indicó Estefanía Gonzalez, coordinadora de Campañas en Greenpeace.
Desde la organización explicaron que los aluviones y deslizamientos de tierra fueron agravados principalmente por la destrucción y tala del bosque nativo en las cuencas y la intervención de quebradas, ríos, laderas y montañas por las grandes empresas, afectando directamente la estabilidad de los ecosistemas y su capacidad de respuesta ante estos eventos, que funcionan como escudos naturales para resistir estas lluvias.
El sobrevuelo, que abarcó el río Maipo, San Alfonso, el embalse El Yeso, la zona del valle de Las Arenas y el valle de La Engorda, también mostró el daño de las operaciones de Alto Maipo en la cuenca, propiedad de la transnacional AES Gener, cuyas explosiones y operaciones de construcción han aumentado la probabilidad de deslizamientos frente a lluvias, amenazando la estabilidad del suministro de agua para las más de 6 millones de personas en la ciudad.
“Tal como hemos denunciado hace más de una década junto a otros grupos ambientalistas, proyectos como el de Alto Maipo son una amenaza. Tener a toda la Región Metropolitana juntando agua por eventuales cortes, evidencia justamente la fragilidad hídrica que tiene la ciudad. Es un hecho que en el marco del acuerdo entre Aguas Andinas y AES Gener, ésta última pone obstáculos para la construcción y habilitación de obras que permitirían hacer llegar agua sin turbiedad, directo a las plantas de tratamiento de Aguas Andinas, evitándose así situaciones como las del fin de semana”, agregó la vocera de Greenpeace.
Agregó “que no podemos prepararnos para escenarios de cortes antes de preocuparnos por proteger nuestras fuentes de agua. En este sentido, que el agua siga en manos de privados, que transan y hacen acuerdos de espalda a la ciudadanía y no con el foco en la seguridad hídrica, es algo que tenemos que frenar”.