La iniciativa busca impactar positivamente en la industria alimentaria, a fin de disminuir los costos por compras de conservantes y saborizantes sintéticos.
El Instituto Antártico Chileno (INACH) financió un estudio denominado “Polisacaridos bioactivos de bacterias poliextremófilas de la isla Decepción como posibles aditivos”, en el que viajó un equipo experto como parte de la Expedición Científica Antártica (ECA 59), con el fin de encontrar sustancias orgánicas que permitan mantener alimentos envasados y, de esta manera, brindar a la industria alimentaria un sustento para disminuir el costo de los aditivos sintéticos de las comidas preparadas.
El estudio se realizó en la zona volcánica de la Antártica, en “sitios fumarólicos intermareables”, dijo la Dra. Aparna Banerjee, investigadora de la Universidad Católica del Maule y oriunda de India, a fin de recolectar muestras de sedimentos y líquidos que crean los microorganismos, que para sobrevivir crean casas hechas de azúcares, los que podrían servir para mantener alimentos y así no tener que colocarle otros azucares que no sean naturales e investigar si sus propiedades contienen “metales, nutrientes, gases e isótopos estables del carbono y nitrógeno”, a fin de “obtener la caracterización geoquímica primaria de los sitios y comprender dónde y cómo sobreviven y prosperan los microorganismos”.
Asimismo, la experta explicó que se busca contribuir, ya que “estos elementos prometen un futuro brillante para el desarrollo de nuevos productos para la industria biotecnológica en Chile en forma de aditivos alimentarios”, ya que hasta el momento “se han aislado con éxito algunas bacterias que están formando biopelículas y produciendo polisacáridos” y “se necesitan más trabajos para optimizar la producción de los polisacáridos seguidos de su caracterización estructural y funcional”.
Lo anterior, debido a que “nuestra industria alimentaria nacional todavía depende de la importación de aditivos sintéticos de países extranjeros y, a veces, incluso de aditivos biológicos de países extranjeros con un alto precio que hace que los alimentos funcionales sean costosos”, razón por la que se constituye “la importancia de sustituir los aditivos sintéticos por biológicos, en este proyecto buscamos polisacáridos termoestables”, puntualizó Banerjee.
En cuanto a los productos que se pretenden elaborar con esta materia orgánica corresponden a los emulsionantes y conservantes que logren resistir en textura y mantengan la vida útil de los alimentos. “En síntesis, todo lo que nos sirva para encontrar alternativas naturales a los aditivos sintéticos que tenemos hoy en día”, manifestó Banerjee.
Además, con este estudio se comprobó que “el turismo en la Antártica trae un riesgo de impacto antropogénico a estos miles de millones de años de huellas microbianas. Esto nos permitió centrarnos más en la importancia de la “conservación microbiana” en su propio sitio”, señaló la investigadora.
Finalmente, dicho estudio que se centró en las muestras obtenidas en el lago Irizar, bahía Fumarola, Obsidiana, bahía Telefon, cráter 70, caleta Péndulo, lago Kroner y Ballenero, los que corresponden a sectores “análogos del planeta Marte en la Tierra, trae la forma de vida más antigua de nuestro planeta en el agua caliente, burbujeante y rica en metales de las fumarolas”.
Por Sebastián Muñoz Soriano con información de Harry Díaz