Los juveniles lograron su primer objetivo, ingresar al hexagonal final del torneo sudamericano que se disputa en Ecuador y ahora luchar por los cuatro cupos al Mundial, lo que ha logrado con un estilo de juego diferente ya que el entrenador Hernán Caputto apuesta por un juego cauteloso y no por el vértigo y ataque permanente.
Tantas veces pasó, que un representativo de Chile sólo con un empate alcanzaba una clasificación o un logro, pero el resultado era adverso y toda ilusión de alegría se esfumaba. Esta selección sub 17 que dirige Hernán Caputto ha mostrado que en el fútbol no hay una sola forma de llegar a los objetivos. Ya lo había hecho el 2017 cuando consiguió los pasajes al Mundial de la India, con un equipo que más que apostar al ataque vertiginoso priorizara el orden defensivo. Y ahora está repitiendo el manual.
Desde el primer minuto Ecuador se fue en demanda de la portería chilena, pero encontró un buen trabajo del bloque de última línea de la Roja, y si lograba permearlos estuvo allí Francisco Valdés, arquero que en cada partido reafirma que es uno de los grandes elementos de la Sub 17. Así lo hizo saber cuando se llegaba a los 20 minutos y anticipó a Michael Bermúdez. Los del “Guayas” merodeaban e inquietaban, y Chile seguía fiel a su libreto de orden defensivo, aunque le costaba mucho progresar en el terreno del adversario, y el portero de los locales era un mero espectador más del encuentro.
Kendry Páez a los 24’ volvió a asustar a la Roja, cuyo despliegue defensivo era poco habitual a lo que acostumbran hacer los representativos locales. El propio Páez sufrió una precisa barrida de Benjamín Molina que le quitó el balón cunado se aprestaba a rematar, y que los ecuatorianos pedían como penal. Pero la imagen de la jugada era clara, la acción del defensa chileno fue de gran calidad y quitó la pelota limpiamente. Ya pasada la media hora los nuestros comenzaron a insinuar, y cruzaban la frontera para generar peligro. Este atrevimiento encontró rápido premio ya que Diego Vargas avanzó por la banda izquierda, centró, y Benjamín Ampuero apuro el control de la pelota y anotó el 1-0. Sorpresa en el estadio. Pero para quienes vieron el vuelco que tuvo la Selección tras la dura derrota 3-0 del estreno ante Brasil, no hubo tal asombro, ya que se siguió el libreto de orden y dañar a los rivales con juego rápido por las bandas e irrupción para dañar al adversario.
El primer tiempo se fue con el deseo de Ecuador de lograr el empate y también acceder a la ronda final. Pero sus intentos, que llegaron a tiros de esquinas variados no estaban haciendo sufrir la defensa nacional. El formato no varió con el inicio del segundo período, y a los 4 minutos Valdés una vez más tuvo una tapada de excepción con un achique a Keny Arroyo. El empate parecía inminente hasta que lo logró Michael Bermúdez a los diez. Era el 1-1. Y a esa altura Ecuador precisaba de un triunfo ya que en paralelo Uruguay y Brasil igualaban a cero, por lo que los locales y los “charrúas” estaban emparejados en puntaje, pero como la “celeste” ganó el enfrentamiento entre ambos conquistaba de momento su clasificación.
El panorama mejoró momentáneamente para Chile cuando fue expulsado Kendry Páez a los 12’. Aunque los nuestros también sufrieron una baja con la expulsión de Bastián Escobar a los 18’. Pero antes que todo comenzara a complicarse Brasil hizo su tarea y se puso 1-0 con gol de Raya. Con ese resultado chilenos y ecuatorianos avanzaban, lo que se vio ratificado con dos goles más del “scratch” para estructurar el 3-0 definitivo. Por eso la “tri2 cambió la velocidad por el control de balón, y apostó a que el reloj transcurriera lo más rápido posible. Chile no se sintió incómodo en lo absoluto. Por lo que el pitazo final que dejó el marcador igualado a uno dejó satisfechos a ambos equipo, que ahora tendrá que enfrentar a los rivales del otro grupo, Argentina, Paraguay y Venezuela, y ver quiénes serán los cuatro representativos que vayan al Mundial. Que por ahora no tiene sede, dado que la Fifa esta semana se lo quitó a Perú. Al menos la Roja sigue en camino, junto con demostrar que para lograr una cosa, si se hace bien, hay más de una forma para alcanzarlo.
