Tras la llegada de la vacuna contra el Covid-19 al país, comenzó el proceso de inoculación masivo a ciertos grupos de la población, que busca disminuir los efectos de esta enfermedad y así poder enfrentar de mejor manera la actual pandemia.
A nivel médico, existen algunas recomendaciones para quienes serán partícipes de esta importante iniciativa, con medidas proactivas que permitan que la vacunación sea más efectiva y segura.
Para el Dr. Javier Gárate, Jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de Clínica RedSalud Vitacura, uno de los primeros consejos para los pacientes, es asistir a un vacunatorio solo si no existen síntomas de Covid-19, como fiebre, tos u otros.
“Si bien los pacientes adultos mayores son los primeros que se vacunarán, esta medida apunta a todos los públicos. Lo ideal es que antes se compruebe la inexistencia de fiebre, tos o cualquier otro síntoma asociado a Covid-19. En caso de identificarse alguno de éstos, las personas deben concurrir de inmediato a un centro de salud para que un especialista pueda determinar si necesitará o no tomar muestras para un examen de PCR”, asegura el médico.
Quienes no presenten síntomas, pero sí tengan otros cuadros de salud que requieren atención o tratamiento, también deben tomar precauciones. “Es importante preocuparse de las morbilidades de los pacientes, es decir, diabetes, hipertensión o insuficiencias cardíacas que no estén descompensadas al momento de acudir a vacunarse”, agrega el Dr. Gárate.
El especialista advierte también que quienes toman aspirina u otro medicamento anticoagulante, deben consultar con su médico de cabecera la posibilidad de interrumpir la administración de éstos, para así evitar hematomas que puedan aparecer como consecuencia de la inoculación.
Pero no es todo, porque agrega otro punto que es clave previo a la inmunización: una correcta alimentación. “Cuando corresponda ir a vacunarse, es ideal preocuparse de que la ingesta alimentaria de los pacientes sea balanceada. El consejo es asistir después del desayuno o tras haber ingerido comidas tal como ocurre en un día normal”, sostiene.
Monitoreo tras la vacuna
Una vez recibida la vacuna, no hay que descuidarse. El experto asegura que posterior a la inoculación es importante esperar cerca de 30 minutos antes de abandonar el lugar donde se realizó el proceso.
“Las secciones de observación deben permitir monitorear a los pacientes por un plazo de media hora, sobre todo para estar atentos a eventuales reacciones adversas”, asegura el Dr. Gárate.
Es más, también hace hincapié en mantener la observación durante una semana después de la inmunización. “Es conveniente que las personas vacunadas, sus familiares o cercanos puedan monitorear su evolución durante siete días. En el caso de la vacuna que requiere de dos dosis, esta observación debe realizarse de la misma manera, tanto en la primera como en la segunda administración. Si ocurre cualquier reacción durante ese plazo, lo importante es consultar de inmediato con un especialista”, sugiere el Dr.Gárate.
El mejor consejo: superar los miedos
Finalmente, el Jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de Clínica RedSalud Vitacura llama a la población a superar los temores que puedan existir en torno a las vacunas contra el Covid-19.
“Mucha gente tiene miedo y eso puede resultar lógico considerando que hasta antes de la pandemia, las vacunas pasaban por pruebas entre cuatro a cinco años, para evaluar cómo se comportaban en el tiempo. Sin embargo, la crisis sanitaria actual ha exigido que los tiempos sean más cortos, ya que los efectos de este virus son tan graves que pueden provocar la muerte”, comenta.
En esa línea, el Dr. Gárate recalca que pese al factor tiempo, ya hay varias respuestas que han entregado los estudios médicos. De hecho, según la información dispuesta por los laboratorios encargados de las pruebas, los pacientes que fueron vacunados y que posteriormente desarrollaron la enfermedad tras contagiarse con el Sars-CoV-2, presentaron cuadros de menor intensidad e incluso algunos no requirieron internación en centros médicos ni ventilación mecánica.
“La evidencia apunta a que los que han sido vacunados y contraen la enfermedad, tienen menos posibilidades de desarrollar una neumonía grave o incluso requerir de ventilación mecánica. Por ello es importante vacunarse para mejorar las posibilidades de sobrevida de los pacientes”, sentencia el especialista.
